ENDOMETRIOSIS una enfermedad crónica, progresiva, inflamatoria y dolorosa.



A menudo se acompaña de cicatrización (fibrosis) y adherencias. Se asocia con dolor pélvico severo (durante y después del coito, cíclicamente y, durante todo el ciclo menstrual) así como con esterilidad. El crecimiento del tejido endometrial depende de los estrógenos y, en consecuencia, se manifiesta principalmente entre la menarca y la menopausia, pero también ha sido descrita en niñas premenarquicas y después de la menopausia.

Es ampliamente aceptado que el origen del tejido endometrial en la endometriosis es el flujo menstrual retrógrado. En la mayoría de los casos, se produce a través de las trompas de Falopio hacia la cavidad pelviana. Sin embargo, la menstruación retrógrada es un proceso fisiológico muy común, que ocurre en más del 90% de las mujeres que menstrúan, con trompas de Falopio permeables.

La investigación se ha centrado en conocer los procesos por los que las células endometriales se adhieren a los ovarios, ligamentos y superficie peritoneal y cómo, una vez adheridas, proliferan y adquieren aporte sanguíneo, pero solo en algunas mujeres resultan en endometriosis.

El hecho de que la menstruación retrógrada esté casi omnipresente y que la prevalencia de endometriosis sea solo de casi el 10% indica que probablemente sean muchos los factores que contribuyen a la condición.

La endometriosis no tiene síntomas específicos; las mujeres pueden ser asintomáticas, o presentar un solo síntoma, o con una combinación de síntomas de dolor de intensidad variable, común a muchas condiciones.

La endometriosis se asocia con:

  • dismenorrea
  • dolor abdominal cíclico o no cíclico
  • dolor pélvico durante o después del coito (dispareunia profunda)
  • alteraciones del ritmo intestinal
  • hematoquezia (en particular perimenstrual)
  • disuria recurrente, acompañada o no de macrohematuria cíclica
  • el antecedente de haber recibido múltiples ciclos de antibiótico a pesar de los urocultivos negativos
  • síndrome de cistitis intersticial

El consumo de ácidos grasos omega-3 se asoció con 22% menos de probabilidad de diagnóstico de endometriosis. En un estudio, las mujeres que consumieron mayormente grasas trans insaturadas tuvieron 48% más probabilidad de ser diagnosticadas con endometriosis.

Los ácidos grasos omega-3 tienen una influencia antiinflamatoria, recomendados como suplementación en pacientes con endometriosis, adenomiosis y miomatosis

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fuente texto: Dra. Marta Papponetti de intramed.net

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