Definición y prevalencia de endometriosis
La endometriosis es una de las enfermedades más enigmáticas que afecta a las mujeres en edad reproductiva. Esta
enfermedad se define por la presencia de tejido endometrial
(epitelio glandular y estroma) fuera de la cavidad uterina, localizándose habitualmente sobre la superficie peritoneal y sobre
el ovario1. Otras posibles localizaciones de esta enfermedad
son: sistema gastrointestinal, pulmón, sistema genitourinario,
pared abdominal....
Aunque la prevalencia exacta de endometriosis en la
población general es desconocida se estima que entre el 20 y
90% de mujeres con dolor pélvico y/o infertilidad presentan esta
enfermedad.
En mujeres asintomáticas, la prevalencia se sitúa
entre 3 y 30%. La alta variabilidad existente en la prevalencia, puede ser explicada por la heterogeneidad de la población
estudiada y por la existencia de sesgos de selección. A pesar de
estas consideraciones, parece razonable estimar que la incidencia clínica de endometriosis en la población general de mujeres
premenopáusicas es de aproximadamente un 5-10%.
Aspectos epidemiológicos
El conocimiento de la epidemiología de la endometriosis está limitado por la imposibilidad de diagnosticarla en la población general, debido a que es necesaria una intervención
quirúrgica (laparoscopia o laparotomía) y una biopsia con estudio
histológico para el diagnóstico definitivo. Por lo tanto, casi todos
los estudios epidemiológicos están basados en grupos de pacientes a los que se les realizó alguna intervención quirúrgica por
lo que los datos obtenidos no se refieren a la población general
sino a grupos seleccionados.
Se han publicado numerosos estudios relacionados con la
epidemiología de la endometriosis, pero nos limitaremos a aquellos estudios de tipo epidemiológico analítico bien diseñados .
Características sociodemográficas
Fuente: EV MED UNIV NAVARRA/VOL 53, No 2, 2009, 4-7 7
Varias publicaciones han analizado la relación existente
entre la endometriosis y diversas características sociodemográficas como son la raza , nivel socioeconómico y la edad.
Esta última, es el único factor que se relaciona de manera
consistente con esta enfermedad alcanzando el máximo riesgo
relativo en mujeres de 40-44 años. Estos datos han
sido corroborados por Bérubé quien observó una elevada
prevalencia de endometriosis mínima o moderada en mujeres
mayores de 25 años.
Según estos datos podemos afirmar que nos encontramos
ante una enfermedad más frecuente en mujeres premenopaúsicas. No obstante, la edad de diagnóstico de la enfermedad
debe ser orientativa ya que probablemente en la tercera y cuarta
década de la vida es cuando la mujer acude con más frecuencia
al ginecólogo.
Inicialmente, se planteó el carácter racial de esta enfermedad. Sin embargo, una vez excluidas las posibles variables
de confusión, tales como: el acceso a los recursos sanitarios
y el nivel sociocultural se desestimó dicho factor como causa
favorecedora de desarrollar la enfermedad. A pesar de ello,
se observa una mayor incidencia de esta enfermedad entre
mujeres asiáticas, siendo dos veces superior con respecto a las
caucásicas y más frecuente en las mujeres de raza blanca que
en las de raza negra .
Salud reproductiva
La endometriosis parece estar relacionada con algunos
factores de salud reproductiva como son las características del
ciclo menstrual y aquellas vinculadas con el embarazo.
En general, el riesgo de desarrollar endometriosis parece
verse incrementado por factores tales como un ciclo menstrual
más corto, una duración más larga del flujo menstrual o una
paridad reducida. Existen trabajos en la literatura que apoyan
esta afirmación basándose en que aquellas mujeres con estas
características tienen una menor cantidad de flujo menstrual
dificultando la siembra de células endometriales.
La endometriosis está inversamente relacionada con el
número de nacimientos, sugiriendo que el embarazo tiene un
papel protector de la enfermedad. El Grupo Italiano para el
Estudio de la Endometriosis plantea que los niveles elevados
de estrógenos y progesterona durante el embarazo, protegen
a las mujeres del crecimiento de los focos endometriósicos.
Apoya este hecho el que la prevalencia de la endometriosis es
relativamente más baja entre las mujeres multíparas.
El desarrollo de la endometriosis en los primeros cinco
años después de iniciada la menarquia ha sido asociado con
una alta tasa de anomalías que obstruyen el tracto genital. Estas
anomalías incluyen la presencia de cuernos uterinos rudimentarios obstruidos, estenosis del canal cervical, atresia cervical,
agenesia vaginal o himen imperforado. Esto explica que en
mujeres que presentan anomalías mullerianas, desarrollen más
frecuentemente endometriosis que aquellas que no lo tienen.
(77% vs 37% ).
Hábitos personales
Algunos autores han descrito que la prevalencia de
endometriosis es menor en pacientes que presentan hábitos
personales tales como el consumo de cigarrillos o el ejercicio,
debido a que éstos pueden estar relacionados con niveles bajos
de estrógenos, . Sin embargo en un estudio realizado por
Vessey no se encontró asociación entre endometriosis, clases
sociales y consumo de cigarrillos. Berubé confirmo la falta de
asociación entre hábitos dietéticos y la endometriosis y además
sugirió una asociación inversa entre Indice de Masa Corporal
(IMC) y el riesgo de endometriosis.
Factores hereditarios
Al igual que la mayoría de las enfermedades, en la literatura
existen varios trabajos que intentan determinar la existencia de
una tendencia familiar en la endometriosis. En la década de los 80, Simpson y colaboradores valoraron a un grupo de
123 mujeres con endometriosis confirmada por histopatología.
Encontraron una afectación del 8,1% en sus madres y un 5,9%
de sus hermanas. Estudios posteriores han confirmado estos
hallazgos y autores como Coxhead y Thomas encontraron un
riesgo incrementado 6 veces en familiares de primer grado de
pacientes con endometriosis al compararlos con casos control
de mujeres no afectadas. La tendencia familiar parece seguir un
patrón hereditario materno, hecho recientemente confirmado
por Treloar.
Kashima, sugiere la existencia de un factor
genético responsable de la patogenia de la endometriosis. En
dicho trabajo, encuentran un riesgo relativo de desarrollar endometriosis entre familiares de primer grado de 5.7 y asegura
que dicho incremento se debe a la acción combinada de un
numero de genes cada uno de ellos responsable un leve incremento del riesgo.
En resumen; parece existir un componente hereditario
en la endometriosis, pero se desconoce cual es el mecanismo
preciso. La presencia de un riesgo aumentado de un 5 a un 8%
en familiares, de primer grado sugiere una herencia poligénica
multifactorial asumiendo que toda la endometriosis es un trastorno único.
Factores ambientales
Algunos autores describen una mayor incidencia de endometriosis en mujeres expuestas intraútero al dietiletilbestrol (DES) aunque otros estudios no encuentran dicha asociación26. En estudios
recientes27, se ha confirmado que la exposición al dietiletilbestrol
se asocia a estenosis cervical, anormalidades de la musculatura
uterina y altera la expresión de receptores de estrógenos. También
se ha demostrado que aquellas pacientes con alteraciones vagi-
nales relacionadas con la exploración a DES presentan una mayor
incidencia de enfermedades autoinmunes. Por lo tanto, la relación
entre el DES y la endometriosis resulta de la combinación de la
menstruación retrógrada, la disfunción inmunológica y la exposición
a concentraciones elevadas de estrógenos.
El incremento de la incidencia de endometriosis en países
industrializados ha sido relacionado con uno de los principales
componentes de la polución, la dioxina aunque estos resultados
no han sido confirmados por estudios posteriores.
gracias por compartir la informacion
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