Terapia hormonal prolongada en mujeres perimenopáusicas y postmenopáusicas

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1. RESUMEN DE LA EVIDENCIA

Esta revisión se centra en los riesgos y beneficios del uso prolongado de terapia hormonal (TH); se excluyen los resultados inmediatos como los síntomas de menopausia (por ejemplo, sofocos). Se incluyeron quince estudios clínicos controlados aleatorizados en los que participaron 35 089 mujeres de entre 41 y 91 años. La revisión comparó un placebo con TH con todos los estrógenos (con o sin progestágenos) administrados por vía oral, transdérmica, subcutánea o intranasal.
Los revisores no detectaron un incremento en la mortalidad por cualquier causa o cualquier forma de TH. Sin embargo, la TH combinada (estrógeno más progestágeno) se asoció con un aumento de: tromboembolia venosa y eventos coronarios después de un año de uso, accidentes cerebrovasculares después de tres años de uso y enfermedad de la vesícula biliar y cáncer de mama después de cinco años de uso.
Del mismo modo, la TH con estrógenos solos provocó un incremento en la incidencia de accidentes cerebrovasculares y enfermedad de la vesícula biliar en mujeres mayores saludables postmenopáusicas. Por otra parte, se detectaron reducciones estadísticamente significativas en la incidencia de fracturas y cáncer de colon en las usuarias de todos los tipos de TH.
El número de participantes en los estudios clínicos varió enormemente; el número mayor se registró en el estudio clínico Women's Health Initiative (WHI) y el segundo más elevado fue el estudio clínico Heart and Estrogen/Progestin Replacement Study (HERS). El WHI contó con el abrumador número de 16 608 mujeres y, por lo tanto, los resultados de la revisión se determinan en gran parte por los resultados que arrojó este estudio clínico. Como señalaron los revisores, 11 de los 15 estudios clínicos incluyeron mujeres con una edad promedio de 55 años, tres estudios clínicos no proporcionaron las edades promedio y uno incluyó pacientes con una edad promedio de 48 años. Por consiguiente, aunque la revisión trata sobre el uso de TH en mujeres perimenopáusicas y postmenopáusicas, los resultados se aplican mayormente sólo a mujeres postmenopáusicas. El único análisis de subgrupo realizado en la revisión que incluyó mujeres de entre 50 y 59 años detectó un incremento en el riesgo de tromboembolia venosa, con el riesgo absoluto muy bajo y más elevado en mujeres de alto riesgo.
Es posible establecer una conclusión definitiva de la revisión: no se indica la TH para el tratamiento de enfermedades crónicas en mujeres mayores postmenopáusicas. La búsqueda de los estudios clínicos fue exhaustiva, y los datos se analizaron mediante métodos estándar. La presentación de los datos y hallazgos es clara.

2. RELEVANCIA EN LUGARES DE ESCASOS RECURSOS

2.1. Magnitud del problema

Tradicionalmente, en los países en vías de desarrollo, la menopausia y los problemas que ésta provoca se aceptan como un fenómeno fisiológico normal. Los sistemas de salud de los países en vías de desarrollo, muy preocupados con cuestiones como las enfermedades contagiosas, las deficiencias nutricionales, la mortalidad materna y perinatal, tradicionalmente prestaron escasa atención a los síntomas menopáusicos y a los problemas relacionados. Sin embargo, con la expectativa de vida en aumento entre las mujeres de países en vías de desarrollo, la prevalencia de la osteoporosis, la enfermedad cardiovascular y los problemas de las mujeres postmenopáusicas continúan incrementándose en forma considerable. Aproximadamente el 75% de las mujeres postmenopáusicas del mundo viven en estos países. Por lo tanto, los problemas de salud relacionados con la menopausia tienen una gran magnitud. Se desconocen las tasas de prevalencia reales del cáncer de mama, la osteoporosis postmenopáusica y otros problemas. Algunos autores han determinado que alrededor del 50% de las mujeres de más de 50 años padece osteoporosis (1). Actualmente, la prescripción de TH suele estar limitada a clínicas privadas en contextos urbanos. Existen varias razones para esto: (i) se margina a las mujeres mayores porque dependen económicamente de la familia; (ii) la TH es costosa; (iii) las mujeres tienen un modo de pensar que no les permite interferir con la naturaleza; y (iv) las mujeres están demasiado cohibidas como para buscar alivio de los síntomas de la menopausia.

2.2. Aplicabilidad de los resultados

La mayoría de los estudios incluidos en la revisión se llevaron a cabo en Canadá o EE. UU. Un estudio era de Hong Kong, pero ninguno de países en vías de desarrollo. Por consiguiente, es difícil generalizar los resultados a las mujeres de los países en vías de desarrollo que muestran una susceptibilidad y factores de riesgo diferentes a sufrir enfermedades crónicas. A diferencia de lo que sucede en los países desarrollados, la prescripción de TH en mujeres mayores asintomáticas jamás ha sido una práctica común en estos países; por lo tanto, es poco probable que esta revisión afecte las prácticas actuales en los países en vías de desarrollo.

2.3. Implementación de la intervención

Debido a que la TH no es común en los países en vías de desarrollo, la implementación de los hallazgos de esta revisión concierne a muy pocas mujeres y profesionales de la salud en contextos urbanos seleccionados en países en vías de desarrollo.

3. INVESTIGACIÓN

A fin de examinar la magnitud del problema, es necesario investigar la prevalencia e incidencia de las diversas afecciones que ocurren en las mujeres peri y postmenopáusicas en los países en vías de desarrollo.

Referencias

  • Pande KC. Prevalence of low bone mass in healthy Indian population. Journal of Indian Medical Association 2002;100:598–600.


fuente texto: http://apps.who.int/rhl/gynaecology/gynaecology_infertility/lscom/es/index.html

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